VOLVER.

Te presto un mundo, rumbo cuando no eche nada de mí por la borda ahora cuando el secreto es voz, los relojes nunca tienen tiempo, los ojos nos hablan de vocales. Te lo presto, si no tardas en llegar así como la idea de un camino largo.

A ti, que sembraste renuncias en mi memoria veo celdas a lo lejos de la ruina, donde se escapa un cielo celeste cerrado para los pájaros sin alas antes de cualquier anochecer y destino. Salvé lo que pude de nuestros defectos sin más que ser aliño para lo que vendrá un tiempo para la soledad como sustento de noches en las que muy a mi pesar, me sentiré fuera de tus lujos y miserias. 

Todas las manchas vuelven a ti como recuerdos y vuelvo a volar como cuando lo hacía bien alto que ya te he contado historias de corazones y sonrisas de cuando tus sueños y los míos dormían juntos en la misma almohada. 

Te presto mi mundo si quieres y te vas, o si me voy del tuyo cuando no vuelvo.

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