Mordisco.
Le rogué fuego en un punto muerto cuando
sonaba a río de lluvia, a mañana, y un modo
diferente de hacer de las nubes trinchera,
de las trincheras hogar, y del hogar,
hacer mañana al encontrar el otro lado del mundo.
Salían raíces durante un tiempo ruidoso
y nacieron sábados como árboles torcidos
a deshora, saliendo a flote cuando el invierno
ahora suena a blues y fuego, a espera y lugar.
Y creció en lo que dura el frío
en las manos de la primavera,
bailando con la lucha y el deseo implacable
de no perder colmillos en cada mordisco al cielo,
lluvia, pies descalzos y otras formas de ser libre.



Comentarios
Publicar un comentario